Para proyectar una casa por ejemplo frente al parque Saavedra se debe resolver una ecuación imposible entre lo natural y lo artificial. Vamos a considerar que lo natural es el sol, el aire, el viento, las copas de los árboles del parque y porqué no, un fragmento de bosque dentro de nuestro terreno.
La ecuación es imposible porque vamos a querer todo lo anterior junto sumado a espacios interiores con grandes dimensiones...y desgraciadamente nunca cabe. Pero hay otra razón más importante por la que es imposible: la naturaleza en su estado bruto es criminal. El sol quema, el viento da frío y las plantas tienen bichos. O sea siempre vamos a querer para nuestra arquitectura un poco de naturaleza, nada de cocodrilos ni de temperaturas bajo cero. En definitiva debemos encontrar los mecanismos para lograr fundir espacios exteriores con interiores, diseñar los vacíos incluyendo los patios, las terrazas y los demás intersticios innombrables sin perder la hermeticidad y el refugio de las condiciones exteriores que nuestro espacio doméstico necesita.
En Suiza existe cierta fascinación por la naturaleza, por los ríos, los lagos, los bosques y las montañas. Todo ello se traduce en modos de vivir con menor contaminación: separar la basura en siete tachos distintos, usar la bicicleta, caminar, usar el tren, el tranvía, el metro y el bus. También se traduce a techos verdes usados durante los últimos 50 años. Y también se traduce en buena arquitectura.
Comparto imágenes de una obra de Atelier 5 en las afueras de Berna donde lo natural invadió a lo artificial generando un equilibrio entre el refugio y el bosque doméstico. Ya no se puede hablar de techos verdes, corresponde hablar de paredes verdes, pisos verdes, rejas verdes. Y no sólo la vegetación es el protagonista, también lo son las calles -peatonales por supuesto-, la plaza, los parques. Todas las casas del conjunto sean grandes o chicas tienen sus patios y nadie tuvo en los últimos 50 años la idea criminal de techarlos para ganar metros.
Quiero agregar que no pude sacar buenas fotos de este edificio, entre otras razones porque no tiene fachadas...o mejor dicho no le quedaron fachadas. Esas paredes de cemento sufrieron (gozaron) del avance de las plantas. Lo que sí pude es recorrerlo caminando y en bicicleta y descubrir todas las variedades de espacios abiertos que contiene el proyecto. Ecuación imposible, pero resuelta.
Juan Martín Rojas
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